La Iglesia celebra este lunes 14 de abril a la holandesa santa Liduvina, paralítica a los 15 años cuanto patinaba, que ofreció sus enfermedades a Cristo. Se honra también a tres mártires sirias, santas Bernica y Prosdoca y a su madre Domnina, que murieron en Antioquía de Siria (hoy Turquía), perseguidas en tiempos de Diocleciano. A los beatos Pedro González e Isabel Calduch. Y a san Lamberto, primero monje y abad del monasterio de Fontanelle, y luego obispo de Lyon en Francia.
Santa Liduina o Liduvina, nacida en Holanda en 1380, sufrió un accidente a los 15 años. Señala el Martirologio Romano que “en Schiedam, en Gueldres, Países Bajos, santa Liduvina o Liduina, virgen. Por la conversión de los pecadores y la liberación de las almas, ofreció durante toda la vida enfermedades del cuerpo, confiada sólo en Cristo Crucificado (+ 1433). La santa tuvo fama de santidad, y sus reliquias se encuentran en la catedral de san Miguel y Santa Gúdula (Bruselas).
Replanteamiento de vida
San Pedro González Telmo (Frómista, Palencia, España, 1185), fue educado por un tío canónigo y estudió en la Universidad de Palencia. Ordenado sacerdote, fue canónigo de la catedral, y parece le gustaba la ostentación. Pero una caída de un caballo le hizo replantear radicalmente su vida. Renunció a dignidades y entró en la orden dominicana, dedicándose a la predicación en Galicia y norte de Portugal, en especial entre marineros. Murió en Tuy en 1249.
Persecución
Isabel Calduch Rovira (Josefina en el mundo), nacida en Castellón en 1882, está incluida en el grupo de mártires valencianos beatificados por san Juan Pablo II en 2001. Ingresó joven en el monasterio de las clarisas capuchinas de Castellón. Fue religiosa ejemplar. Al estallar la persecución religiosa y cerrarse su monasterio en 1936, marchó a su pueblo con un hermano suyo sacerdote, también mártir. Fue arrestada en abril de 1937, maltratada y fusilada junto al cementerio de Cuevas de Vinromá (Castellón).