Una oración de niño

Cientos de voces se unieron a aquel Padrenuestro y una oración de niño brotó de decenas de gargantas y llenó una plaza en Sevilla.

17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
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Tendría unos dos años. Regordete y sonriente, apenas sobresalía unos palmos del suelo. Vestido con su jersey de rombos y sus bermudas, miraba la vida desde la altura prestada de los hombros de su padre. 

Era un Jueves Santo y era Sevilla. Caía la tarde y se asomaba Nuestro Padre Jesús de la Pasión a una plaza en la que el silencio solo era rasgado por el arrastre sordo de los pies de nazarenos, penitentes y costaleros.

Salió el Señor de su casa de El Salvador. Y aquel niño, viendo desde su improvisado sicomoro al Jesús que tanto conocía, se dirigió a su madre “mira mamá, es Jesús, ¿le rezamos?” Y, sin esperar respuesta,  comenzó con su lengua de trapo: «pade nuestro…”

Y a su alrededor, hombres muy hombres, mujeres de todas las edades y adolescentes engominados se unieron a aquel Padrenuestro incoado por un niño, de esos cuyo corazón aún pertenecen más al cielo que a la tierra. Una oración de niño brotó de decenas de gargantas y llenó una plaza en Sevilla.

Y en la casa de Dios, esa plegaria a medio aprender, regada por las lágrimas de muchos pares de ojos adornaron la salida del Salvador camino de la Cruz y serían para Dios, inolvidable consuelo, cántico de salvación . 

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

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