María Loreto Ríos y Pedro Lara son los fundadores de la editorial Érase. Este proyecto busca devolver la calidad literaria al mundo de los libros, a través de una selección y producción muy cuidadosa de obras.
Como explican los fundadores, con sus publicaciones quieren “ofrecer una literatura que ayude a conocer la realidad a través de la ficción”. Para ello, miran “con lupa el trasfondo moral y antropológico de cada obra”.
En esta entrevista con Omnes, hablan de los orígenes de la editorial, su catálogo y la situación actual de la literatura dirigida a niños y jóvenes.

¿Cuál fue la principal motivación para fundar esta editorial?
– [Loreto]: Nuestra motivación principal fue constatar que se había perdido en la literatura contemporánea, principalmente la dirigida a niños y jóvenes, la estructura y simbología original de los cuentos de hadas, con contadas excepciones. Puede parecer que esto no tiene mayor relevancia, pero el arte y la literatura dejan una impresión duradera y profunda en el lector. Trastocar el significado y la simbología de los cuentos y las historias puede producir muchos efectos en la sociedad, aunque sea de un modo sutil.
Dicho esto, nuestro objetivo no es ofrecer historias pedagógicas ni libros cuyo propósito principal sea transmitir un mensaje moralizante, sino obras con valor literario, pero que entronquen con la línea de literatura fantástica y mítica iniciada, por ejemplo, por autores como George MacDonald, Tolkien y C. S. Lewis.
Su catálogo se centra en autores contemporáneos no traducidos y obras que hace mucho que no se publican, ¿qué criterios utilizan para seleccionar los autores y las obras? ¿Cómo equilibran la calidad literaria con el enfoque de frescura y novedad?
– [Pedro]: En primer lugar, prestamos mucha atención a la calidad literaria de las obras que deseamos publicar; en esto no somos diferentes de otros buenos editores de narrativa. Lo que sí nos diferencia es que también miramos con lupa el trasfondo moral y antropológico de cada obra.
El mercado de la literatura infantil y juvenil está hoy inundado de novelas que difuminan, cuando no directamente eliminan, la realidad del bien y el mal, que disfrazan el vicio de virtud y presentan a los villanos como héroes. En nuestras obras, el bien existe y está en pugna continua con el mal, que no es sino la ausencia o privación del bien (no tiene entidad propia), y el vicio esclaviza y acaba destruyendo a todo aquel que lo practica.
En estrecha relación con lo anterior están los símbolos, que tienen en el hombre una influencia profunda, hoy con frecuencia ignorada. Circulan por ahí muchas historias de dragones magnánimos y lobos amistosos, aparentemente inocentes e inocuas, pero que tienen unos efectos devastadores para la imaginación moral de los niños, pues sutilmente socavan su capacidad para distinguir el bien del mal. Por eso nosotros procuramos siempre que nuestras obras estén en línea con la tradición simbólica de Occidente, que es garantía de cordura y salud moral.
Por último, nos preocupa enormemente la erotización cada vez más intensa de que viene siendo objeto la literatura juvenil, fomentada a través de TikTok y auspiciada por las editoriales que se lucran de ella. De esto, por supuesto, huimos como de la peste.
En cuanto al equilibrio que menciona, no lo buscamos ni pretendemos buscarlo. Queremos que todas las obras que publiquemos sean literariamente excelentes y, al mismo tiempo, frescas y novedosas. Me viene a la cabeza esta cita de Péguy: “Homero es nuevo cada mañana, y no hay nada más viejo que el periódico de hoy”. O sea, que la frescura y la novedad son características de los clásicos, de la mejor literatura, porque está entretejida de anhelos, aspiraciones, inquietudes y experiencias humanas perennes y universales.
¿A qué público se dirige su editorial? ¿A quiénes quieren apelar con la selección de su catálogo?
– [Loreto]: La Editorial Érase está dirigida al público infantil y juvenil, pero lo cierto es que creemos que este tipo de historias pueden llegar a muchas otras franjas de edad. Somos defensores de que los adultos también pueden disfrutar de los cuentos de hadas y de la buena fantasía.
Tolkien mismo define así “El señor de los anillos” en la carta 181: “Es un ‘cuento de hadas’, pero un cuento de hadas escrito para adultos, de acuerdo con la creencia, que expresé una vez extensamente en el ensayo ‘Sobre los cuentos de hadas, de que constituyen el público adecuado. Porque creo que el cuento de hadas’ tiene su propio modo de reflejar la ‘verdad’, diferente de la alegoría, la sátira o el ‘realismo’, y es, en algún sentido, más poderoso. Pero, ante todo, debe lograrse como cuento, entusiasmar, complacer y aun a veces conmover, y, dentro de su propio mundo imaginario, debe acordársele credibilidad (literaria). Lograrlo fue mi objetivo primordial”.
¿Cómo cuidan el proceso editorial para garantizar que las obras se presentan de la mejor manera posible? ¿Qué valor le dan al trabajo de los traductores y a las ediciones físicas de los libros?
– [Loreto]: En cuanto a las ediciones físicas, en primer lugar queremos resaltar el valor de los ilustradores y la importancia de que el diseño esté en manos de un artista y no de una inteligencia artificial, aunque eso suponga encarecer la producción del libro. Tenemos una ilustradora estupenda, licenciada en Bellas Artes, que se encarga de la ilustración y el diseño de cubierta, o también de los adornos interiores en el caso de “Érase una reina”.
Además de eso, cuidamos mucho que los materiales del libro (el papel, la cubierta, la encuadernación, etc.) sean buenos. Consideramos que es muy importante que el libro como objeto sea bonito y atractivo, además de que tenga calidad y perdure.
– [Pedro]: ¡Y con las traducciones somos quisquillosos hasta decir basta! Antes que editores, hemos sido traductores, por eso hemos decidido encargarnos personalmente de las labores de traducción. Y debo decir que está siendo un placer inmenso traducir unos libros que amamos y que llevamos leyendo, releyendo y disfrutando durante años.
Ustedes mencionan el deseo de fomentar la lectura desde una edad temprana, ¿cómo planean acercar a los jóvenes a la lectura y a autores contemporáneos que quizás no sean tan populares aún?
– [Pedro]: Por desgracia, para lograr eso no basta con publicar buenos libros. De hecho, no creemos estar descubriendo la pólvora si decimos que gran parte de lo que leen hoy los niños y jóvenes (y también muchos adultos) es basura literaria.
Estamos convencidos de que, para hacer frente a esta penosa situación, debemos todos tomar conciencia del papel vital e insustituible que tienen las buenas historias en la educación de los más jóvenes. Las buenas historias son alimento para el alma, son como mapas y brújulas que nos ayudan a orientarnos en la vida; nos ayudan a rechazar el mal y a escoger el bien. Si queremos que nuestros hijos y alumnos conozcan la verdad, debemos decirles la verdad. Si queremos que amen la verdad y vivan conforme a ella, debemos contarles buenas historias.
En Érase deseamos colaborar con padres, profesores y educadores para conseguir que la imaginación de nuestros niños y jóvenes tenga el alimento que necesita.
¿Qué tipo de relación buscan establecer con sus autores? ¿Cómo planean manejar la cuestión de la colaboración con escritores emergentes y su participación en el proceso editorial?
– [Loreto]: Con los autores extranjeros es muy complicado establecer una relación, ya que todas las gestiones se realizan a través de agencias literarias o la propia editorial de origen. Suelen ser autores que tienen ya una trayectoria más o menos consolidada en sus países.
Pero sí nos planteamos apostar por autores emergentes e hispanohablantes en el futuro. No hay una fecha determinada aún para ello. Queremos esperar a que la editorial tenga un poco más de recorrido, entre otras cosas porque es muy diferente el proceso de escoger una obra ya publicada y acabada y traducirla a la labor de recepción, selección y edición de un manuscrito original.
¿Cuál es su visión a largo plazo para la editorial? ¿Cómo esperan que evolucione su catálogo en los próximos años y qué tipo de impacto quieren tener en el mundo editorial y en los lectores?
– [Pedro]: Al igual que Rick Blaine en “Casablanca”, no hacemos planes con tanta antelación. Lo digo medio en broma, pero también medio en serio. Somos plenamente conscientes de que Érase es una gota minúscula en un vastísimo océano editorial, un David contra un ejército de Goliats. Por eso, más que con una visión de lo que queremos ser en el futuro, trabajamos siempre con la mente y el corazón puestos en una misión, en lo que debemos ser hoy, cada día, en el presente.
Tenemos una lista extensísima de libros que nos encantaría traducir y publicar, libros que llevamos años deseando ver editados en español. Pero vamos pasito a pasito. Cada obra que vamos publicando es como un “hijo de papel”, un regalo para nosotros y, según esperamos, también para los lectores. Si uno solo de nuestros libros logra que un niño anhele ser un héroe, o que un joven recupere el asombro ante la realidad, o que una familia vuelva a reunirse noche tras noche para disfrutar de una historia leída en voz alta, entonces nuestro trabajo no habrá sido en vano.